Después de muchas décadas el agente económico peruano ha incorporado en su pensamiento y estrategia empresarial una visión de más largo plazo. Ello es producto de la estabilidad macroeconómica que permitió cambiar el enfoque de la gestión de una concentración en temas financieros y de cambios de corto plazo en el mercado a uno de planeamiento estratégico, captación de recursos financieros, gestión tecnológica, y creación de competencias de los recursos humanos.
La apertura de la economía peruana, y el proceso de globalización del conocimiento, apoyaron este cambio de enfoque empresarial, clave para aumentar la productividad y por ello la competitividad de las empresas y el país. Ello se demuestra con el mejor posicionamiento en los indicadores internacionales del caso.
